La historia que dio vida a las sillas confidentes de Mérida

La historia que dio vida a las sillas confidentes de Mérida

Curiosamente, parece que no tienen su origen en Mérida, sino a unos 50 kilómetros de ahí, en la ciudad de Bokobá, localizada también en la llamada zona henequenera de Yucatán.

La historia que dio vida a las sillas confidentes de Mérida

No se sabe exactamente quién las diseñó, pero una de las leyendas más difundidas en Yucatán cuenta que nacieron gracias a los celos de un padre cuya hija estaba siendo cortejada por un joven del pueblo. El papá permitió que el muchacho se reuniera con su hija, pero les puso la condición de que esos encuentros solamente se llevaran a cabo en la banca de un parque. Ellos aceptaron y así lo hicieron.

Sin embargo, el padre se dio cuenta rápidamente que en las bancas del parque era posible tener mucha cercanía física, por lo que se le ocurrió mandar a hacer una silla estilo “tú y yo” con el fin de que pudieran seguir platicando en un lugar público, de cerca, mirándose a los ojos y lo más importante: sin tocarse.

En Mérida, las primeras “sillas confidentes” se instalaron en 1915 tras una remodelación de la Plaza Grande, en pleno centro de la ciudad.